Nuestros inmigrantes partían para trabajar en fábricas de Alemania, Suiza y Holanda, una alternativa donde lo más duro era dejar a su familia. También fueron muy importantes las campañas de vendimia y recogida de la «poma» en Francia, donde varios miles de alhameños buscaron un futuro mejor trabajando duro.
¿Es necesario todo este gasto?
Rotundamente no. Pero no seamos populistas: partimos del principio de que cualquier persona que trabaja, que desempeña una función, ya sea en la administración o